Lina Vélez de Nicholls, presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, aseguró que “hicimos un análisis muy profundo del Plan de Desarrollo y encontramos que hay cuatro sectores en los que el gobierno nacional quiere priorizar su inversión: economía circular, energías sostenibles, turismo y cadenas productivas entre los pequeños productores. Estamos convencidos de que el país necesita crecer en esos sectores y, de hecho, desde la Cámara destinaremos $ 25 mil millones para fomentarlos”.
En cuanto al tejido empresarial, Antioquia tuvo un desempeño destacado en la creación de empresas con un crecimiento de 10,3 % por encima de otras regiones del país como Bogotá (5,7 %), Cali (4,8 %) y Manizales (1,3 %). En 2022 se constituyeron 29.805 nuevas unidades productivas, de las cuales, el 99,1 % fueron micro. Los sectores que se encuentran por encima del promedio son comercio al por menor (excepto el de vehículos) y actividades de servicios de comidas y bebidas.
Según el informe, la inversión neta en sociedades fue de $ 1,5 billones en 2022. Las microempresas y las pymes siguen siendo grandes dinamizadoras de la economía al representar 72 % de la inversión privada.
John Fredy Pulgarín, vicepresidente de Desarrollo Empresarial y Competitividad de la Cámara, destacó que la recuperación tras la crisis generada por la pandemia y los resultados positivos en 2022 se explican en el “comportamiento del sector privado que ha estado invirtiendo y generando puestos de trabajo en la región. Pese a la incertidumbre a nivel mundial, en general los empresarios son optimistas con lo que viene, le apuestan al territorio, y confían en la capacidad institucional de la región que se ha construido por muchos años. Hay dos sectores que marcan el rumbo: comercio e industria”.
Los principales retos para 2023 están en la incertidumbre política por las reformas, las condiciones internacionales, la inflación de 13,1 % por encima de la meta del Banco de la República, el Índice de Confianza del Consumidor que se ubicó en -27,1 y las altas tasas de interés que limitan tanto el consumo de las familias como las decisiones de inversión.