En un entorno mundial competitivo y globalizado, en constante
transformación, dependiente de múltiples factores y marcado
por la necesidad de crecer de manera sostenible es determinante
encontrar enfoques alternativos de desarrollo económico basados
en el territorio y con alto impacto que permitan tener una expansión
equilibrada que supere los enfoques tradicionales fundamentados en
criterios macroeconómicos o en agendas horizontales.

Los clusters, y las políticas e iniciativas alrededor de estos, en los
últimos años han adquirido gran importancia como elementos
conceptuales y como base de la política económica y de los
instrumentos para el desarrollo. En diversos países, el interés en las
estrategias de fortalecimiento empresarial con enfoque de mercado
ha sido cada vez mayor, porque permiten crear riqueza a través del
trabajo conjunto entre la academia y los sectores público y privado
y el diseño y ejecución de proyectos asociativos que generan mayor
confianza, redes de trabajo y capital social, así como más innovación,
conocimiento de las tendencias del mercado y de los clientes y
acceso a mejor información y tecnologías.

Colombia no ha sido ajena a estas dinámicas y se ha convertido en
un referente internacional por el apoyo que brinda a los clusters
o aglomeraciones y porque ha promovido el desarrollo de estas
iniciativas en las regiones como una base para el desarrollo territorial
y la competitividad. Con esto, el país busca transformar su estructura
productiva y su especialización en bienes y servicios con mayor
valor agregado partiendo de las capacidades existentes en sectores
tradicionales que tienen potencial y del impulso a nuevas actividades
especializadas, intensivas en conocimiento y tecnología. Los
resultados de estas intervenciones demuestran que las empresas de
las regiones sí tienen opciones estratégicas de mercado, en las cuales
pueden competir y crecer.