A pesar de los desafíos que enfrenta el aparato productivo nacional, relacionados con la baja dinámica de inversión y un consumo agregado que crece a tasas modestas, la economía del país cerró el segundo trimestre con un crecimiento de 2,1 % en el PIB (1,5 % para el acumulado del primer semestre). La variación fue impulsada fundamentalmente por el desempeño del sector agropecuario, servicios culturales y por el aumento en el rubro de administración pública.
Si bien se tiene un balance que mejora las cifras nacionales de 2023, especialmente en comercio y subsectores de la construcción, los resultados por rama de actividad económica son bastante heterogéneos y persisten comportamientos preocupantes en sectores clave para la generación de empleo, como son la industria manufacturera (cuyo valor agregado reportó una caída de 3,6 %) y los servicios de comidas y alojamiento (-5 % vs. primer semestre de 2023). En este contexto es crucial promover políticas de reactivación que permitan una recuperación sostenible, y que no esté condicionada a una coyuntura puntual o concentrada en rubros económicos específicos. Para el departamento, el cierre a junio de los indicadores sectoriales indica que persiste desaceleración en ramas como la industria, pero hay señales de estabilización en el comercio y algunos rubros de la construcción.
En el caso del segmento manufacturero, aunque hay ligeras mejoras respecto a otros meses de 2024, los indicadores de ventas y producción continúan por debajo de las cifras de 2023, con caídas de -6,8 % y -5,6 %, respectivamente, jalonadas por menor actividad en el sector textil y en alimentos y bebidas. Para las ventas minoristas del comercio los datos DANE mostraron relativa estabilidad y mejor desempeño respecto al total país, con un repunte de 3,6 % en junio y una variación acumulada de -0,7 % para el consolidado semestral.
Cámara de Comercio de Medellín
septiembre 02 2024